Paseo Alfonso XII – Parte 2
Esta reforma ha sido, sin duda, el proyecto más interesante que he hecho hasta la fecha.
Un año antes habíamos reformado el piso de abajo, también para destinarlo a alquiler turístico, y a priori este proyecto iba a ser algo similar, aunque queríamos que fueran apartamentos totalmente diferentes.
El día que lo visité por primera vez me di cuenta de que no tenían nada que ver. Compartían techos altísimos y unas vistas privilegiadas a la ría de Vigo y, sí, eran los mismos metros cuadrados, pero este apartamento contaba con varias estancias, conectadas con arcos y puertas con maineles que había que conservar a toda costa.
Fue un gran reto encajar la distribución original de la vivienda con las nuevas necesidades del apartamento y ha sido una gran satisfacción resolverlo.
Lo más difícil fue ubicar una pequeña cocina en algún rincón y decidimos hacerlo en el pasillo de entrada. Tuvimos que pelear mucho esa cocina porque no podía tener los 60 cm de fondo de rigor y conseguimos hacerla con sólo 45, que era lo que teníamos para mantener la función de zona de paso intacta: un pequeño fregadero y una placa de 2 fuegos colocados de lado, una neverita de fondo reducido, un microondas con grill en lugar de horno, muebles a medida y lo conseguimos. Además, al ser lo primero que se iba a ver al entrar a la casa, quisimos cuidar al máximo su estética y la encajamos en un arco de obra que hace que no parezca una cocina.
Las molduras que colocamos en todas las paredes de la casa, incluso en el cuarto de baño, le dan un aire muy señorial y lucen mucho con los techos tan altos de la vivienda.
No sé si fue porque antes estaba pintada de verde, morado y granate, pero desde el primer momento tuve claro que este apartamento tenía que ser todo blanco. Solo pintamos de gris la sala destinada a comedor, para que resaltasen más las carpinterías, que ya eran blancas.
El parquet de roble macizo colocado en punta Hungría es otro de los elementos que le han dado mucha categoría a este apartamento. Y no me extraña… ¡No sabéis el trabajo que da su colocación! Pero, como todo, ha merecido la pena.
Tengo la gran suerte de contar con clientes que confían totalmente en mis propuestas y de profesionales/artesanos que no me dicen que no a nada, sino que se esfuerzan por entender mis ideas y las hacen realidad, superando lo que yo había imaginado que podríamos conseguir.
Así que aprovecho estas líneas para daros las gracias a todos por vuestra generosidad. Cuando hacemos las cosas con amor salen casas como esta.
Fotografías por Mon Osaka
¿Te gustaría disfrutar de unos días en Vigo en este apartamento?
Así era antes: