El principal reto al que nos enfrentamos en esta vivienda fue el de convertir un piso con maderas oscuras y probablemente destinado a ser vivienda habitual en Nigrán en una casa de verano para una familia numerosa.

También había que conseguir un espacio de trabajo cómodo, ganar algo de capacidad de almacenaje y, en general, darle calidez a la vivienda.

Sus nuevos propietarios viven lejos de Galicia y querían tenerla “lista para entrar” la primavera siguiente, sin poder ocuparse directamente de las gestiones que conlleva montar una casa de principio a fin.

Han sido unos meses de trabajo intenso en los que hemos aprovechado el hueco bajo la escalera con un trabajo de carpintería a medida para conseguir un despacho bien iluminado y un gran armario, hemos empastado y empapelado una zona de la cocina para sustituir el azulejo existente por un papel que define la zona de comedor de diario, hemos sustituido todas las luminarias de la vivienda, hemos empapelado la entrada y el dormitorio principal, hemos revestido con madera pintada en blanco las paredes principales de las habitaciones abuhardilladas de la planta superior para conseguir un estilo marinero muy neutro y hemos diseñado y fabricado una mesa de apertura tipo libro para el salón, que cuando está cerrada ejerce como consola permitiendo disfrutar de una amplia zona de estar sin comprometer el espacio de un eventual comedor. Muchos detalles para aprovechar mejor la superficie de esta vivienda y dotarla de mayor calidez y estilo.

En este caso, la propietaria se ha implicado mucho en la selección de todas las piezas de mobiliario y materiales y a la vez ha sido un proceso muy ágil. Ha sido una maravilla de proyecto.

Ahora, a disfrutarlo.